Una antropología del twerk
Un artículo de Valeria Espinosa “FairyPunk”
Cuando pregunto en mis clases para principiantes qué se imaginan cuando les dicen “twerk”, o si saben de dónde viene lo que están a punto de practicar, me encanta escuchar las respuestas. Siendo sincera ganas no me han faltado de ir anotando en un cuaderno ocurrencias como: “rap y baile”, “perreo insano”, “baile para antro”, “mover las nalgas” y la cantidad de reacciones que obtengo al contarles su historia es algo que también me encantaría poder guardar en una cajita.
Para empezar, me gustaría contarte la diferencia entre baile y danza, porque esto ayudará a aceptar la idea de que el “mover el culo” sí es una danza:
Las danzas son un conjunto de expresiones corporales que requieren de un entrenamiento, consciencia, conocimiento del tema y técnica, añadido a esto deben tener un trasfondo cultural y debes dedicarle tiempo para poder llevarlas acabo de la manera adecuada.
Los bailes, por otro lado, también son un conjunto de expresiones corporales que no requieren de un conocimiento sobre el tema, pueden tener técnica, se ejecutan desde la libertad y usualmente incitan a la diversión.
Culo, nalgas, booty, posaderas, cola, poto… mi instrumento de consciencia, conexión y libertad.
Ahora bien, ya que sabes esto, puedo contarte que hace varios años en Costa de Marfil, África, las tribus en los pueblos Aizi, Akan y Avikan bailaban al son del Mapouka, música tropical y tradicional, que en su traducción significa “danza de la cola” y, para tu sorpresa, era una danza que incitaba a la libertad, pero también a la meditación. No era únicamente para mujeres. Los hombres y lxs niñxs eran parte de este ritual.
Todo muy lindo hasta aquí. De hecho, a inicios de los 80’s trataron de popularizar esos ritmos, pero no tuvieron éxito. Retrocedamos un poquito antes, al momento en que comienzan los tiempos de esclavitud, un momento turbio en la historia dado que miles de personas africanas son trasladadas a diferentes partes del mundo, pero recordemos que Estados Unidos es un punto clave para esta parte histórica. Con este contexto y la mezcla de culturas que se generó, empezaron a nacer espacios secretos para seguir ejerciendo un poquito de la libertad que se les había arrebatado, y dando un salto en el espacio tiempo nuevamente a los 80’s, es que sabemos del bounce.
Imagínate en Nueva Orleans a inicios de la década ya mencionada, habitando un espacio al que hoy en día le dirías “wow, qué undergroundr”. De manera clandestina la gente se reunía a escuchar el triggerman beat, que es la pista base a la hora de mezclar en la tornamesa, y el chanteo (que se podría definir como rap sobre la pista base, pero su objetivo era animar o describir lo que la gente hacía al bailar). Todxs bailaban inventando pasos de acuerdo con lo que el chanter iba narrando o viceversa. Steps como “do the jubilee”, “bootin up” o “get ready, ready”, nacieron en espacios segregados y que eran llamados “vulgares” por movimientos que acentuaban la cadera, los glúteos y las piernas.
Esto era y hasta la fecha es la cultura bounce, que también tiene un acercamiento al ballroom del vogue, es reconocida como tal hasta 1990 y actualmente es uno de los antecedentes para lo que hoy conocemos como twerk, cargando con exponentes musicales como Exponentes del bounce de nueva Orleans: DJ Jubilee, Partners-N-Crime, Magnolia Shorty, Big Freedia.
Como dato curioso: El step “make that money” nace de las mujeres que desarrollaban trabajos sexuales, sin embargo, el step no era sexualizado, era símbolo de poder y el ademán en las manos es como si lanzaran billetes mientas suben y bajan el culo.
Así es como el mapouka y la cultura bounce se posicionan como antecedentes, pero el desarrollo de danzas hermanas como el dancehall, el bump o funk brasileño también han contribuido a este movimiento. El dancehall surge en Kingston Jamaica en la década de los 70’s teniendo raíces afroamericanas para sorpresa de nadie, pero en el caso de la nomenclatura algunos pasos del dancehall y del twerk comparten nombre, las diferencias yacen en los motores de movimiento y en que para el dancehall cada movimiento tiene un significado, también es importante destacar que el dancehall era exclusivo, las mujeres sólo hacen queen, mientras que en el twerk todxs pueden experimentar movimientos con el culo.
En el caso del funk brasileño, es una danza de origen afrodescendiente y es llevada a cabo en las favelas de Rio de Janeiro, ambas resaltan el booty pero en el funk el motor son las rodillas y la cadera, no la pelvis como es el caso del twerk, aparte de que la musicalidad funk es muy especifica. Finalmente el bump de los 70’s que es en parejas y se trata de chocar caderas entre los bailarines tomándose como un baile “sugerente”.
En la actualidad el twerk se define como danza de movimientos pélvicos, de origen afrodescendiente, enfocada a expresar libertad y/o celebración.
Entonces la siguiente vez que te encuentres con referencias sobre el twerk, espero tengas presente que las personas que entrenamos esta danza no es de manera sugerente, no es para exhibirnos y tampoco es sólo mover el culo por moverlo, implica conexión, sanación y libertad, tiene raíces y se nutre de todas las personas que elegimos compartirnos de este modo.
O en todo caso si en algún momento de tu existencia tuviste la espinita de tomar alguna clase… esta cultura tiene las puertas totalmente abiertas para ti, puedo decirte que te va a cambiar la vida, no importa que no sepas bailar, no importa de donde vengas, la edad o apariencia física, te podrá faltar una oreja, un brazo o una pierna, pero todxs tenemos culo y qué bendición poder apropiarte de él, poder moverlo sin culpa.
Wooooow!!! Me encantó conocer un poco de la historia.
Wow , me encantó la manera en como nos transmites tanto conocimiento sobre los diferentes estilos de baile desde la cultura
Era la info que necesitabamos , mil gracias , y a mover nuestro cuerpo 😃 en libertad 💕