
Los Kennedy vs Eucalipto el duende
Conducir por la ciudad de noche me brinda una sensación reconfortante. Para muchos residentes Villahermosa no merecería el título de ciudad contrastada con verdaderas metrópolis del país, pero para un servidor que 18 años de su vida no salió de su pequeño pueblo, los edificios, las calles, el tráfico y las personalidades con las que te puedes encontrar al andar por la calle invitan a sumergirse en una fantasía de L.A.
Así me sentía en el camino rumbo al estudio de Los Kennedy, fumando un pucho sabor sandía en compañía de Mosco Flow. Llegamos a eso de las 20:00 en la pequeña residencial donde nos citaron. Creí que nos recibirían en su estudio mientras grababan algo, hasta que me topé con la sorpresa de que la reunión se había concretado para la entrevista. Maldije mi idiosincrática impuntualidad y ahorré largas presentaciones para dar comienzo a la entrevista.
Decidí que fueran uno por uno. Se echaron un volado y Emiliano fue el primero en pasar a la pesa.

Emiliano Miranda
“Me considero bastante una persona apasionada. Una de mis mayores virtudes es la paciencia. En Los Kennedy toco la segunda guitarra y soy el vocalista. Sacar un riff no me cuesta tanto trabajo, las melodías vocales a veces me fluyen, pero donde más trabajo yo es en las letras. En mi tiempo libre creo mis ideas, al igual que Roque y luego las juntamos. Cuando compongo estando solo creo que con lo que más me esfuerzo es en las letras”.
“Nuestro primer nombre era Delta Psi, luego nos pasamos a llamar John F. Kennedy, pero pensamos que podríamos tener pedos legales, como si le pusiéramos Luis Donaldo Colosio. Lo cambios sólo a Kennedy, pero pensaban que era un solista, entonces lo cambios a Los Kennedy“
“La rola de Hazam fue la primer rola que pudimos publicar en redes, en 2018. De esa alineación original sólo hubo un cambio, el baterista. Éramos cuatro, ahora somos tres. Por causas de chamba él tuvo que quedarse en otro Estado a vivir”.
La mayoría del tiempo nos llevamos bien. Llegamos a vivir juntos seis años. Sí llegamos a cagarnos entre ratos, pero tanto tiempo conviviendo logró crear entre nosotros un lazo profundo. Yo creo que, aunque no continuáramos con este proyecto, haríamos más cosas musicales/artísticas”.
“Nos tomamos muy en serio la profesión de músicos. Nos ha tocado subir al escenario emputados entre nosotros. Abajo ni nos hablamos, pero arriba es como que cada quien agarra el pedo. Nada de ‘me voy a desquitar arriba’. Nos tocó en algunos eventos que nos encabronáramos pero en el escenario actuábamos como si nada, frente a la cámara como si nos amáramos y ya después de tocar como que alivianábamos la tensión, platicábamos y resolvíamos nuestros conflictos”.
“Ya conocemos nuestros recursos musicales, nuestro lenguaje, es fácil anticipar qué harán después. Tantos años tocando juntos hace que tengamos esa complicidad. Sabemos leernos sin necesidad de usar palabras”.
“Desde el kínder me llamó la atención la música. Le pedí a mis jefes estar en la banda de guerra. Toda la vida me gustó la batería y profesionalmente soy baterista de jazz, tengo un título, sólo que en Los Kennedy toco la guitarra. Como me gustaba componer, vi más fácil tocar la guitarra que tocar la batería para cantar mis rolas”.

“Estudiar música fue justo por la banda, queríamos agarrarlo en serio y crecer como músicos. Muchas de las rolas que hicimos antes las compusimos sin saber ni verga. Hazam fue una de ellas. Así empezamos todos. Fue parte de querer crecer y aprender a pintar nuestras rolas. Creo que por eso estudiamos. No digo en general que a alguien se le deba prohibir hacer arte si no vas a la escuela, sólo creo que es parte de profesionalizarse. Yo sí recomendaría estudiar música. También tienes que dedicarte a crear, que no te de miedo. Luego a la gente le da miedo que “No les salga” Yo a veces me propongo hacer la rola más mierda del mundo sólo para sacar las peores ideas y no me dé miedo seguir creando. Así me lo dijo un maestro, se aprende mucho más intentando“.
“Aún no me dedico completamente a la música, pero ese es el objetivo. Tengo mi trabajo formal en un cine, aparte doy clases particulares y toco en un conjunto de jazz. Con las clases ahorita sólo le he dado clases a niños y adolescentes. Tal vez los que dan más lata son los morritos que están ahí sólo por el compromiso que le imponen los papás”.
“Todas mis energías están en este proyecto. Todo lo que gano lo aporto a la banda. Estaremos estrenando material nuevo y eso me emociona. El qué me van a comentar o qué dirán. Para qué te miento, sí me importa lo que opinan mis amigos y familiares. Pero no es como miedo, si no que me da emoción. Es felicidad“.
Al terminar la entrevista con Emiliano, se propuso continuar con el resto dentro del estudio. Me interesaba tomar fotos adentro, rodeado de los instrumentos. Se observó como un espacio ameno, cubierto con un felpudo tapiz rojo en el suelo y pared que me recordó a un escenario de Twin Peaks. Una mezcla de fantasía y realidad que se disparó al sumarle el mito de “Eucalipto”, un duende mañoso al que Los Kennedy culpan cuando extravían cosas en el estudio.
Mientras preparaba algunas cosas y tomaba fotografías del espacio, Emiliano sacó a relucir sus dotes como maestro con una lección de batería 101 a Mosco Flow. Pude admirar su interés y paciencia para ello. Me hizo pensar en cómo la profesión de maestro cumple una noble labor en contagiar de conocimiento a los demás.

La siguiente entrevista fue con Pedro, a quien prejuzgué de introvertido pero rápidamente conectamos y los minutos de conversación pasaron volando.

Pedro Miranda
“En Los Kennedy toco el bajo y tengo otra personalidad: Soy prisionero del godinato. Laboro en una compañía de seguros. Oficina, de lunes a viernes, de nueve a seis. Este es mi lado b, aquí lo saco todo. La verdad me gusta mucho esta parte. Me siento obligado a mantener la vida de empleado, hay que mantenerse, vivo solo, hay que sobrevivir. Pero siempre me ha gustado estar en la banda. Siento que es esa parte donde saco todo en el mismo ensayo o en un show. Ahí me convierto. Siento que soy otra persona. Amigos y conocidos que conozco de esa otra faceta cuando me han visto tocar me dicen ‘oye, pensé que eras muy callado…’. No sé ni cómo explicarlo”.
“Creo que mayormente con la música expreso felicidad. La siento. Me sincronizo con la música, saco los pasos prohibidos, es el éxtasis“.
“La misma música refleja lo versátiles que somos. A veces sacamos un popcito, luego un rap, otras algo de rock. Precisamente este nuevo EP es un estilo completamente diferente al EP anterior. Me gustaría siempre seguir innovando, haciendo cosas diferentes, ahorita queremos experimentar con más elementos electrónicos, dejando un poco de lado los instrumentos”.
“Aprendí a tocar guitarra en la secundaria y luego tuve mi bandita tocando covers de Metallica, ya sabes. Luego cuando me junté con Los Kennedy ya Emiliano y Roque tocaban la guitarra y estaba el otro cuate que tocaba la batería, Brian “El Sasquatch”. Como faltaba bajista, lo agarré. Me terminé quedando con el bajo, me encanta tocar el bajo”.

“Creo que la banda que más nos inspiró fue Biffy Clyro. En un inicio siento que ellos nos inspiraron como banda. Yo, a diferencia de los demás, creo que soy un poco más punk. Por soltar una banda, ahorita conocí Hot Mulligan, me gusta la energía con la que tocan en vivo. Y otra que recién descubrimos y nos gusta a todos es Don Broco“.
“Con Los Kennedy nos juntamos al menos una vez a la semana para ensayar. Si no se puede, al menos para platicar y mantener esa unidad. Creo que en el escenario se nota, nos ‘mentamos la madre. Sí nos llevamos pesadito y ha habido gente que cree que nos caemos mal, pero es puro cotorreo. Saliendo del trabajo no veo la hora para venir a tocar con estos weyes”.
“Siempre va hacer falta alguien que sea el mediador. Siento que yo he sido esa persona que luego trata de calmar las aguas. Este es un conjunto de personalidades y con los años hemos sabido tratar la de cada uno”.
“En unos cinco años espero salgamos a tocar en otros Estados. CDMX, Guadalajara, Monterrey, Puebla. Un tourcito. Dar a conocer nuestra música, nuestra cultura tabasqueña. Muchas de las canciones tienen referencias a esta tierra. No sé por qué en el sur nos cuesta más trabajo, pero hay que unir fuerza con todos los que estamos en el medio. Por ejemplo, el carnal H¥oga es muy bueno produciendo. Diantrez igual tiene una propuesta muy chingona. Seguramente se me están olvidando varios, pero hay mucho de dónde sacar”.

De alguna forma sentí que Pedro y yo nos entendimos en nuestra forma de ser. De tener que asumir en ocasiones el papel de voz de la razón entre nuestras amistades y siendo con ellos el espacio cómodo donde podemos sacar el lado extrovertido de nuestras personalidades.
Para la siguiente entrevista, Mosco se estaba quedando dormido así que marchó a casa. Mientras platicaba con Pirlo, era difícil aguantarme la risa con sus comentarios jocosos e imitaciones de acentos argentinos. Me pareció una persona divertida, de fácil cotorreo, como el Mikey de Las Tortugas Ninja

Roque Priego, “Pirlo”
“Roque Priego, me dicen Pirlo, toco la guitarra y canto. Ahorita en batería nos echa paro el compi Joam Orlando“.
“Nunca fue un juego para nosotros, pero no dimensionábamos todo lo que había por hacer en la industria musical. Soy una persona muy crédula y soñadora. Para mí, desde que conocí a estos weyes me emocioné. Eran el tipo de personas que quería topar en mi vida: que les gustara el rock y tocaran chido. Después de Hazam tuvimos platicas con el productor. Marco Vadillo, que ha crecido con nosotros y tal vez un poco más rápido que nosotros, nos aconsejaba para tomárnoslo en serio, de “chequen cómo le hablan a la banda, respeten las decisiones de los lugares donde tocamos”. Este wey nos putea, pero para bien. Es mi compa desde la secundaria y siempre nos recuerda que, por respeto a nuestro sueño y a la trayectoria que llevamos, debemos ser profesionales”.
“El toquín de El Submarino fue chingón. Viejo Miarda toca desde antes que nosotros, lo mismo para Aurelio Nauyaca. Para todos fue nuevo. Yo me estaba desmayando. No había ingerido ninguna sustancia pero el golpe de calor me estaba matando. Hay una parte de Nueva Yorki donde rapeo y en ese momento le dije con la mano que ya no podía, que estaba palideado, pero aún así le di. Creo que ese toquín fue bueno para que llegara gente joven”.
“Somos personas que siempre nos hemos llevado muy bien, nunca hemos tenido conflictos duros y los pocos que ha habido hemos podido resolverlo. Nos une un lazo de fraternidad“.
Creo que cuando estudias y te llevas bien con la gente que tocas, llega como que una telepatía. Pasa mucho en el jazz, que ya sabe con quién está parado y puede anticipar qué hará el otro. El solo de Vainilla, por ejemplo, que fue improvisado, me lo aprendo, pero en el ensayo no es necesario que lo toque tal cual. En vivo a veces lo he cambiado. A esa telepatía creo que le llamaría complicidad.
Una vida de privilegios tampoco se puede. Creo que incluso mis trabajos “normales” son igual como un escape leve. La vida te va enseñando a agarrar el pedo. He sido maestro, he trabajado de Uber, he hecho de todo.
Trabajar con varios productores está muy chido. Son experiencias que te cambian. Cuando fuimos a grabar Hazam con Sergio Aguilar nos preguntaba si estábamos decididos a no tener un género, diciendo que eso no estaba tan chido. Lo mismo cuando fuimos a grabar en Panoram con Alex Patri y Juanse Rodríguez: “Che, ¿vos querés chicas o querés chicos”. Entonces Marco nos presentó a Andrés Wetbaes y él es de esas pocas personas que no nos cuestionaron y creo que están tocados por la música. Es alguien que le salen las cosas de forma natural. Este EP que se viene trae cosas muy interesantes.

Esto es de disciplina, Charly Parker es el ejemplo. Ese wey se drogaba con yodo, gotas para los ojos. Fue el padre del jazz, pero murió joven. Nosotros somos muy tranquilos, contrastado con lo que puede pensar la gente. Luego nos dicen que se ve que echamos mucho desmadre, pero la neta en ocasiones sólo salimos para tocar pasto de vez en cuando”.
Bandas de jazz que recomiendo serían Snarky Puppy y Hiatus Kaiyote. Se cree que el jazz actualmente ya no es apreciado, pero yo creo que sí, sólo que no sabemos que estamos escuchando jazz. Acá en Villahermosa hay muchos conjuntos de jazz.
El nombre de Wabisabi se lo sacó Emiliano. Sabi significa “oxidarse” y Wabi significa “apreciar la belleza“. Entonces la traducción completa sería como “apreciar la belleza de lo que se oxida. Proviene de una filosofía del té allá en japón, que servían en tazas oxidadas. Quizá se intoxicaban con eso. La gente aprecia que algo envejece y creo que este EP envejecerá muy bien.

Finalizando la entrevista con Pirlo me invitaron escuchar las rolas del EP. Ya era casi medianoche y aún había una entrevista que quería hacer, pero me sentí privilegiado de poder escuchar con antelación las rolas del proyecto. Fue una experiencia que preservaré en mi memoria como algo mejor que vivir un concierto. No tocaron, ni cantaron, pero observaba en sus expresiones a ojos cerrados retazos de memoria corporal que sacaban a relucir en solos de guitarra y los coros de las canciones. Sin decir nada me podían teletransportar a esos pequeños espacios de creación de un riff o un verso. Sentían la música como si las melodías les acariciaran los cabellos y le agitaran los brazos. Era contagioso. Cerré los ojos y me dejé llevar por los zumbidos en los oídos y el retumbar de bajos y tambores en el tórax. Siempre me ha gustado la música con el volumen alto y con un buen equipo de sonido y espacio hacía que todo el ambiente fuese envolvente. La música estaba ahí con nosotros.
Al terminar me sentí como despertar de un sueño o de un viaje de LSD. Quería llegar a casa a escribir ya pero sabía que no podía perderme una de las entrevistas que más ansiaba. Marco había estado observando todo con la actitud serena que le caracteriza. Como manager de Los Kennedy y reconocido organizador de eventos tenía muchas preguntas que desde hacía tiempo quería abordarle.

Marco Vadillo
Convoqué a las bandas locales para que tocaran, le di promoción al evento y, para ser una primera vez, me impresionó. Se llenó, o sea, como la banda era muy conocida, pues es la banda era la de Pepe Problemas, que en su momento todavía seguía con su canal. Después de eso pensé que esto de la organización de eventos estaba chido.
El 26 de julio se estrenó Nueva Yorki y que son las tres canciones que van a estar en el EP. Este año termina de salir el resto, que son dos canciones másEste año salen esas dos canciones que van a conformar el EP que se llama Wabisabi.
A mí siempre me ha gustado estar rodeado en todo lo que tenga que ver con música. Me gusta, wey. No lo veo como un trabajo, ni se me hace pesado. me ha gustado ir también como probando las diferentes partes que se pueden relacionar con ella, como la organización de eventos, incluso el tener una banda, en su momento, y ahora, pues, como manager con los Kennedy.
El primer evento que organicé fue en el 2015. Tenía, ¿qué? Pues 17 años. Estaba terminando la prepa. Como entraba en la tarde, me iba a repartir flyers temprano, así a diferentes lados, wey, para promocionar el evento. Esto fue exactamente en noviembre del 2015 el primer show. Era un morrito. Para ese evento vino Sputnik con Beta. Fue la primera vez que llegaron a Villahermosa. Estuvo cagado, wey, muy fácil, muy sencillo.
La neta, el evento no tuvo ni escenario ni nada, fue así al ras del piso, bien punk. Las bandas no tuvieron pedo con eso porque pues justamente traían ese trip, eran bandas de punk y así. Pero, o sea, yo ya tenía la picazón de armar eventos porque yo tenía mi banda “Iceberg” en su momento y veía cómo se armaban los shows. Tocábamos metal. Pero ahora sí que con esa banda logré llegar a tocar en otros estados incluso. Salimos a tocar a Guadalajara, León, Tepic, wey, San Luis, Querétaro, un buen de lados. Y pues vas viendo cómo se maneja, cómo se organiza la gente y me entró esa necesidad también de ir creando escena, ya que en su momento para mi banda pues no había espacios para tocar aquí en Villahermosa.
Justo en ese momento, había un tipo que armaba eventos y estafaba a las banda. Ese wey se hizo de mala fama a nivel nacional por estafar a muchas bandas. Ya estaba la necesidad de alguien que pudiera armar eventos, con la única finalidad de apoyar, pues, de crear comunidad.
Realmente empecé sabiendo muy pocas cosas, solamente lo que yo alcanzaba a ver de los demás shows, pero sí vas aprendiendo muchas cosas técnicas, cómo se manejan las bandas, de que hay tour manager, hay production manager, que tienes que atender ciertas necesidades del equipo, del grupo, lidiar igual con mucha gente, saber delegar, saber que tienes que tener tus permisos en regla para ciertos eventos que sean masivos… Y demás cosas que te vas dando cuenta en el camino, le vas agarrando el rollo. Igual la publicidad, todo ese tema de vender boletos, de poder hacer irle llegar a la gente una idea, de que tiene que apoyar a la escena.
Y pues así fue que se dio. Vi que esta banda iba a estar de tour que iban a pasar por Veracruz y demás. Y dije: “bueno, pues no pierdo nada con preguntarles”. Les escribí el mensaje directo a su página de Facebook y me contestó el baterista, así súper accesible el wey. Me dio el precio por el show, con cuánto podía apartar y que después de eso ya podía anunciar y empezar a vender boletos.
Para el siguiente año, 2016, pues se fue integrando más gente al equipo; se armó un equipo, wey, y pues ya se hacían más fácil las cosas. El evento más grande que armé en su momento fue el de Siddartha con Camilo Séptimo en 2018.
De ahí el último que igual fue, pues digamos, una magnitud masiva, wey, pues fue al Infierno Verde que colaboré con Yung Dupe. Trabajé ahí en la parte de la logística y todo eso. Ya estamos hablando de más de mil personas. Está el reto de tener a todas las personas a gusto, wey, de que se les estén pasando chido. En el tema de festivales tiene que haber más atractivos que solo la música , o sea, tiene que haber algo más, idear todas esas estrategias, para que tengan una buena experiencia y quieran regresar, porque justo ese es el tema de que, si queremos hacer comunidad aquí en Tabasco, hay que hacer las cosas como la hacen en otros lados. La gente de aquí se va a festivales a otros lados. Hay que tratar de ofrecer la misma experiencia, algo chido, para que la gente se quede con ganas de volver e invitar a más gente.
Un evento, hablando de la talla de un festival, genera mucha derrama económica. Se apartan muchas habitaciones de hotel, muchos viáticos, muchos restaurantes, gasolinas, renta de vans, renta de equipo, renta de baños. Se le paga a mucha gente, para que trabaje ahí. Es una derrama económica muy importante. En otros estados, como Monterrey, El “Pal Norte”, es un motor de la economía en el estado. Coachella igual, la ciudad, su principal ingreso es el festival Coachella. Si se le ve desde esa perspectiva, obviamente es conveniente. México es un país que consume bastante música, que consume mucho arte. Sí es una buena inversión por parte del gobierno para voltear a ver.
Hablando muy al chile, sí hay mucha ignorancia por parte de las autoridades que están en cargo, esto no está dentro de sus intereses. Por ejemplo, nosotros, así como un evento así masivo, es la Feria Tabasco. Pero después de la feria no hay nada, la gente se queda esperando la otra feria. No hay mucha oferta de festivales o de conciertos. Yo creo que justo la gente de aquí luego se queja de que en otros lados hay otras cosas con que entretenerse, o sea, que cada semana pueda haber eventos y aquí realmente, pues, muchas veces no hay qué hacer. En estos últimos diez años el sector privado es quien ha apoyado este tipo de iniciativas. Espero más adelante sea posible de algún modo acercarme a gobierno y hacer propuestas también, por qué no.
La banda empezó y quizá a los dos años yo me incluí ya como manager como tal, porque pues igual yo ya hacía mis eventos y todo esto. Yo le comentaba a Roque, que era mi compa desde la prepa, que como estaba empapado de este conocimiento, pues algo podría aportar. Yo veía mucho potencial y sigo viendo mucho potencial en lo que hacen. De entrada, escuchándolos. Cuando me invitaron a sus ensayos, sentí que había una diferencia muy marcada en lo demás que había en la escena en ese momento.
Yo manejo las redes y veo todo el tema de la producción igual. De con qué productor podemos ir ahora, también el tema de los shows y todo esto. Sí es algo demandante si realmente estás preocupado porque el proyecto vaya creciendo al nivel ya de que realmente sí creo que como banda ya estamos ocupando de que se unan más personas al equipo de trabajo. Para que justas ciertas tareas se puedan ir repartiendo.
Contactar a un productor no es algo complicado. Es de enviar un correo, enviar la propuesta de lo que ustedes tienen, y si el productor está abierto y le gusta el proyecto, este va a abrirse. Se checan los costos, se organiza la ida, de que todos puedan ir, de que todos estén disponibles en sus trabajos personales para poder ir a grabar las canciones y que el estudio también esté disponible en esas mismas fechas.
El desarrollar un proyecto artístico, yo creo que es una inversión a muy largo plazo, güey, sobre todo hablando de rock y así, pero pues yo creo que todos estamos en ese mismo canal, güey, se hace por pasión, y esa misma pasión, güey, en algún momento nos va a llevar al lugar que tenemos que llegar.
Esa es la esencia como tal, hacerlo por amor al arte, pero con conciencia y con todo lo que tiene que conllevar con la disciplina para poder llegar a vivir de esto.

Satisfecho con todas mis respuestas, me dispuse a irme. Me despedí de todos y partí rumbo a mi coche, con la sorpresa de no encontrar mis llaves en el bolsillo. Rebusqué en mis pantalones, en mis mochilas y nada. Regresé tras mis huellas con la mirada gacha esperando encontrar mis llaves en la calle. Nada. Llamé de vuelta a Los Kennedy para entrar al estudio y buscar si las había dejado allí. Pensé que era la maldición de Mauri.amv al condecorarme como “Olvida todo”. Marco y Pedro ya se habían retirado, sólo estaban Emi y Pirlo. Me ayudaron a buscar las llaves en todo el estudio mientras se cuestionaban si había sido obra de Eucalipto. Maldito duende, como diría una rola de Héroes del Silencio.
Desesperanzado, pedí un Uber de vuelta a casa. Llamé a Mosco sólo para quitarme las dudas de si él había tomado mis llaves y, resulta que sí. Había olvidado que en un momento dado de la noche se las presté para que fuese a buscar algo a mi coche y ni él recordó devolvérmelas ni yo pedírselas.
Al recoger mis llaves pedí un Uber de vuelta y venía cagándome de risa con el chófer al contarle mi historia. Le platiqué de la revista, de las entrevistas. Se vio muy interesado al grado que me dio follow en el Instagram de la revista y yo le devolví el follow. Me contó de experiencias turbias de Uber, en cómo han tenido que vivir asaltos u otras injusticias como servidores de transporte público sin la seguridad de un sindicato que les respalde. La Unión de Taxistas tiene una entidad que les puede defender legalmente, pero los trabajadores de Uber o Didi difícilmente son respondidos por la aplicación. Se escuchan muchas quejas del servicio que algunos brindan, pero se habla poco de todos aquellos trabajadores que también han sufrido malas experiencias con pasajeros u otras cuestiones. Espero algún día entrevistarle y dar un espacio para hablar de ello.
Al día siguiente amanecí con mensajes de toda la banda preguntando si había recuperado mis llaves. El fin de semana siguiente se estrenó “Nueva Yorki”, el primer sencillo del EP que vendrá a continuación. Organizaron una pequeña velada en el parque donde empezamos las entrevistas. Compartimos un par de cervezas y maldecimos tanto como agradecimos a Eucalipto por darle un interesante e inesperado giro final al reportaje.