Reseña: DeBÍ TiRAR MáS FOToS – Bad Bunny

La primera locación del álbum invita a pasar un verano en “nuevayol”, pero no cualquier zona, la primer locación del viaje a PR que será el álbum nos sitúa en el bronx. Popular barrio neoyorquino que desde hace muchas décadas es un punto de encuentro multicultural. Ese choque de identidades nacionales ha sido representados cuantiosas veces como con West Side Story de Robert Wise o Do The Righ Thing de Spike Lee.

Mientras la canción se sucede con una vibra fiestera invitando a pasarla bien en Nueva York (pero un ratito nomás), de repente Benito corta el ritmo, pidiéndonos guardar un secreto: que los demás no vayan a escuchar que nos va a invitar a un viaje inolvidable con destino a un paraíso llamado “Puerto Rico”.

Así empieza la odisea de este disco con la que Benito Ocasio Martínez escribirá una oda en todo el sentido orgullosamente patriótico para la tierra que lo vio nacer.

Benito en este tema revela que no teme ser confrontativo para enaltecer el legado de su región. Invita a una chica estadounidense e interesada en él a Puerto Rico, advirtiéndole que aprenderá y verá cosas que jamás había visto y serán inolvidables. “Acho PR es otra cosa”. En este espacio celebramos la soltería, la vida, de la forma hedonista y despreocupada, mientras se puede.

Hasta que de repente nos pega la nostalgia dentro de la fiesta. Ahora queremos bailar solos, la música que debería hacernos disfrutar se vuelve deprimente. De niño me preguntaba por qué las canciones de salsa tenían letras muy tristes para ritmos con tanto sazón . El oxímoron de la música latina. Benito hace tributo así componiendo su tema de salsa con una lírica sumamente sentimental. Como la música que escuchaban nuestros padres y abuelos, quienes así nos enseñaron que incluso estando tristes se puede bailar.

Seguimos bailando, seguimos tristes. RaiNao y Bad Bunny alternan entre pensamientos que van de la nostalgia por un ex amor al punzón erótico conociendo a una nueva persona. ¿Aventura de una noche? ¿O tal vez sea una nueva historia romántica? Sea como sea, hay que dejar el pasado atrás. Es una canción que remarca el deseo de dejar a alguien atrás, resetear el cassette y volver a disfrutar de las oportunidades nuevas. Resalta ese primer deseo, ese juego de dominaciones sensuales que es el ligarse con alguien.

Y así comienza una nueva historia de amor. En toda la carrera de Bad Bunny ha sido una constante que, por más que sus rolas destaquen la libertad sexual sin compromisos, de repente la sensibilidad del poeta se hace presente y maquina una ficción de fantasioso y meloso romance. Nacen las musas y se vuelve fácil escribir rimas en honor a su cuerpo y mente. Chuwi destaca esto perfectamente creando metáforas para referir a ese lugar onírico que es la luna de miel, cuando el amor es intenso y suena muy tropical, como un atardecer en la playa con esa persona especial.

Omar Courtz & Dei V entran escandalosamente, de nuevo llevándonos a janguear. Es la noche de desmadre de los cabros. Hoy nos vamos a beber y conocer chicas nuevas. El tema suena exactamente a una noche de club. Tal vez ya se nos olvidó si pasamos unos buenos días con una persona específica, o sencillamente no nos importa ahora. Mientras somos jóvenes, mientras aguardemos nuestro atractivo físico que cautiva a otros, debemos aprovechar y disfrutar.

Pero el éxtasis de la noche no es eterno. La nota no dura para siempre. Está sensación fugaz nos hace caer muy bajo en el dolor del recuerdo, viajar en el tiempo, repasando año por año. Se manifiesta como una arrítmica sucesión de composiciones sonoras con un tempo acelerado y luego con mucha lentitud. En esta canción, Benito explica cómo de forma lacerante nuestra consciencia nos hace suponer que aquella persona que amamos (y tal vez aún seguimos amando) está haciendo exactamente lo mismo que nosotros pretendemos hacer: pasar una noche de diversión, con alguien más.

Sin embargo, rememorar el tiempo atrás también nos hace reconocer ciertos hechos que en el momento de reflexión profunda eliminan toda idealización. El tema habla de cómo las personas cambian y a veces de mala manera. Es difícil pero recurrente que el amor que parecía perfecto al principio se vuelve una historia de dolor y traición. Aunque a veces se manifieste el deseo de la otra persona, empezamos a pensar que ya no es sincero.

Las conclusiones llegan ahora de una forma más pacífica pero determinada. Definitivamente la persona de la que nos enamoramos ya no es la misma y por eso es mejor decir adiós. En esta canción Benito reconoce que hubo buenos momentos, pero esos quedaron atrás. Aunque de vez en cuando nos llegue una punzada en el corazón en pleno desmadre, ya no vamos a mandar ese mensaje. Algunos efectos sonoros encajonan los sonidos igual que los pensamientos cuando retumban en la mente. El tema termina con un breve monólogo bastante acertado y autoconsciente. Así es la vida, de cíclica emocionalmente.

Este tema extiende el final del anterior. El amor es una pesca donde a veces nosotros lanzamos el anzuelo y otras es a nosotros quienes nos lo lanzan. Es el furor de la seducción, pero Benito ha aprendido que esto es pasajero, que no es el mismo cariño sincero y puro. La pena se expresa desde el sentimiento de ya no ser valorado por los sentimientos, porque puede que alguien ya nos haya reemplazado en ese puesto.

La música se transforma ahora en un bolero, un perfecto terreno para expresar una congoja que acaricia lo existencial ¿Por qué volvemos a estar tristes? ¿Tan seguido se está nostálgico? No es de sorprender que para denotar esto Bad Bunny ve necesario regresar a sus raíces. El contraste con el tema anterior refleja perfectamente que para el alma no existe el choque generacional. La música podrá cambiar, mutar, evolucionar, pero seguirá siendo el vehículo de expresión para las mismas dudas que por décadas nos han atormentado.

Un tema muy folklórico que refleja el amor a la cultura. Se ha entendido ahora cómo las sensaciones son ambivalentes y las resoluciones son tan sencillas como beber, bailar y disfrutar la vida. Los Pleneros de la Cresta suenan exactamente como el show principal de una fiesta.

Este que fue el segundo single del álbum continua con la tesis previa: seguir bebiendo, bailando y disfrutando la vida aunque lloremos, pero ya no amargamente, sencillamente abrazando lo que fue, lo que ya no será y lo que pudo ser. No todos nuestros deseos se cumplieron, no siempre alcanzamos el éxito en todo, pero aún hay vida y vale la pena saber qué va a ocurrir. Por eso la canción nos contextualiza en fiestas de fin de año. Esto le da una dimensión más profunda a que el álbum se estrenase a principios de año. Una medida arriesgada mercadotécnicamente hablando, pues los discos que se estrenan prematuramente tienden a ser olvidados durante la recta final del año, pero Bad Bunny no quiere titubear en su mensaje acerca de disfrutar todos los aristas que tiene vivir, listos para disfrutar lo desconocido del mañana.

Hay algo más que le preocupa a Benito. Más que su situación personal, más que él mismo y que, a su vez, lo vincula perfectamente. Sí es algo personal. Durante todo el trayecto del álbum hemos escuchado los referentes del artista, que está construido, como todo ser un humano, con retazos del lugar donde creció. Si no fuese por tu país, tu identidad sería completamente distinta. En este track no teme ser contestatario y denunciar gráficamente cómo la neocolonización de los EEUU ha destruido identidades nacionales enteras, como le ocurrió a otras islas.

Acercándonos al final del álbum damos un salto en el tiempo y escuchamos algo más parecido al reggaetón que se popularizó en los inicios de los dosmil y creó un sonido característico que sonaba tan caribeño como electrónico. Esto lo destaca Benito al final, nos ha enseñado un recorrido por el tiempo a través de la música de su país. Una recopilación histórica de los ritmos puertorriqueños.

Para mí, el último tema del álbum homónimo. Aquí ya se ha superado la tristeza de la memoria. Es más, parece que ahora la anhelamos. Quisiéramos haber dejado más registro, para extrañar aún más. Al final, agradecemos tener el privilegio de acordarnos de los momentos, buenos o malos, felices o deprimentes. Debimos tomar más fotos.

Un epílogo que Benito aprovecha para dedicar a sus padres, las figuras que moldearon al artista y, más importante, al ser humano que es hoy. Bad Bunny agradece a su núcleo, familia, amigos, amores, lugares y, especialmente, sonidos que han colaborado en escribir la gran narrativa que ha sido su vida. “Yo soy de P fuckin´R” dicen los últimos versos del álbum. Palabras que espero muchos paisanos estén escuchando sentados en una silla disfrutando el fresco de la tarde bajo una mata de plátano.