Reseña: “Bodhiria” – Judeline
Algo de lo que no es muy difícil darse cuenta en el panorama actual de la música, es el hecho de que el concepto del “Álbum” está dejando de tener relevancia y está dejando a ser priorizado a la hora de componer canciones, ya que, por lo menos en la música en español, de un tiempo para acá, la mayoría de los álbumes los he empezado a sentir más como una recopilación de canciones que tienen que cubrir con ciertas checks de variedad musical que como un álbum genuino con un concepto y una intención definida.
Esto no es algo de lo que se pueda condenar 100% a los artistas, ya que el hecho de que la velocidad que tenemos para consumir contenido actualmente hace cada vez menos viable en muchos aspectos que un artista se centre en crear un trabajo hecho para ser escuchado de principio a fin como una experiencia.
Por esto mismo, los artistas que hoy en día tienen la iniciativa de crear un disco que si sea una experiencia íntegra y cohesiva, se merecen mucha admiración.
Este es el caso de “Bodhiria”, el disco debut de la cantante y artista española Judeline, la cual se ha ido posicionando en los últimos años como una de las promesas más interesantes de la música en nuestro idioma, con una propuesta que se influencia de los sonidos del neo flamenco, pero llevándolo por una estética más urbana debido a su trabajo con productores como Nusar3000 o el colectivo Rusia IDK.
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Narrativa atrapante
Y como ya dije, Judeline busca crear en este disco una historia que se desarrolle desde la primera hasta la última canción, en este caso la historia de Angel-a (el alter ego de Judeline), y de su transición por esta especie de purgatorio onírico de origen budista que pone nombre al disco, guiada por un sentimiento de amor cegador e incluso dañino.
Y justamente el hilo conductor del disco, es ver cómo este amor que siente Ángel-a se va deteriorando y se va transformando, ya que en la primera canción “Bodhitale” feat. Angel-a, podemos escuchar una letra bastante linda y apasionada, donde nuestra protagonista le quiere hacerle saber a su enamorado que siempre estarán juntos a pesar de que ella ahora esté transitando por el Bodhiria.
Pero estos sentimientos dan un giro en la canción “mangata” donde ya entramos en un punto de inflexión en el que Judeline canta sobre el desamor y desilusión, viendo al amor más como una condena que como una motivación.
A partir de ahí, en la narrativa se nota ese desencanto y pérdida de esperanza de Angel-a con respecto al amor, pero algo que me gustó muchísimo del disco es que te presenta con un dilema, y es que a pesar de que en canciones como “luna roja” o “Joropo”, se puede escuchar en las letras ese enojo de ser traicionada por la persona que ama y por el hecho de que ese amor tan grande no fuese bien correspondido, hay un contraste con canciones como “Heavenly” feat. Rusowsky (el único feat del disco) o “zarcillos de plata”, en donde nos damos cuenta que Angel-a tiene miedo de ser olvidada por la persona que ama, aferrándose a esos sentimientos y negando a soltar ese amor que puedo inferir que es la única atadura que ella tiene con “el mundo real” ahora que ella se encuentra en ese purgatorio que es el Bodhiria.
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Entre diferentes planos
El proyecto de Judeline desde un inicio ha sido muy comparado con la música de Rosalia.
Esto es comprensible e incluso lógico porque es imposible negar la influencia que ya tenido dicha cantante en la música actual en español.
Pero siento que en este disco debut es donde Judeline más ha sabido separarse de este estilo “Rosalia-esque” para ir definiendo más su estilo propio.
Optando por una producción que se siente etérea y suave, tirando mas a una dirección de art pop en canciones como “angelA”, “heavenly” o “BRUJERÍA!”, en donde sientes como tanto la voz de judeline, como los instrumentos y las texturas en general te van envolviendo con su cálido sonido.
Pero a pesar de esta dirección más enfocada en el art pop, aún hay mucho espacio en el disco para la presencia de estilos más folclóricos, y no solo estoy hablando de esos sonidos españoles que ya esperamos de un trabajo así (aunque claro que están presentes en canciones como “4 angelitos”), si no que también escuchamos una paleta sonora multicultural, como por ejemplo las influencias árabes combinadas con afrobeat de “INRI”, o las influencias venezolanas en lo que es en mi opinión la canción más fuerte del proyecto titulada “JOROPO”, donde se hace uso del ritmo venezolano que pone nombre al track, para entregarnos uno de los performances más dinámicos y enérgicos de la carrera de Judeline.
Conclusión
La única conclusión que puedo decir de este disco es que, si tuviera una moneda por cada una de las artistas hispanohablantes que lanzaron su disco debut este año, en el que amalgaman diversos géneros de forma excelente y que al mismo tiempo terminan de definir el sonido que llevaban puliendo a lo largo de su carrera, y aparte ayudan a seguir empujando los límites de lo que la música en español puede ofrecer desde sus respectivas trincheras, tendría dos monedas (lean mi reseña de Akriila), lo cual no es mucho pero es curioso que haya pasado dos veces 0_o