¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Hacia dónde voy?

La respuesta aún no la sé. Me encuentro perdido en este mundo. Hablo de estar extraviado como hablo de la salida del sol, cada día, no es porque de verdad lo esté, la realidad es que, como muchos que han logrado trascender, la barrera del convencionalismo, de la imagen y el lenguaje, he de localizar con alegría dentro de mí las palabras que me guían, decidido a continuar con mi destino. Empezó con diseños, dibujos e imágenes profundas. Decidí transformar algo noble como la ropa en un talismán de mis sueños.

Lo que hago es, primera, un deseo mayor; una ventana que se abrió cuando pude haber estado cerca de morir. Hago ropa porque la ropa es noble, como quiero ser cuando llegue al final de mi vida. No será para siempre y me gustaría terminar esta etapa de realmente como quise empezar, con la certeza de hacerlo bien y con el amor que siento por lo que hago, entregarle a las personas, un pedazo de mi corazón, cuando yo decida empezar una etapa nueva de mi sendero.

El diseño y la ropa

y todo lo que viene con ello, creo que nunca fue nuevo en mi vida, nunca tuve una idea en la cabeza de niño que no fuera vestir. Honestamente, lo hacía muy mal, tal vez por eso tome las decisiones que tome y por eso soy quien soy, porque carece de cosas que la gente puede llamar “de moda” o de aquellas cosas, con las que los jóvenes artistas que yo admiré en mis años 18 podrían haber consumido cuando eran niños. Yo por otro lado, iba al Suburbia cada cuanto con mi familia. En los primeros años ellos eran quienes elegían mi ropa. En lo personal, tenían gusto y carácter, mas cuando tuve la oportunidad de ser yo, optaba siempre por ropa que al final no satisfacía mis necesidades.

La idea de hacer ropa

Así como es vieja en mi mente, también es muy reciente. Recuerdo haber tenido mis primeros acercamientos al diseño y al propio diseño de ropa en secundaria, en clases de diseño gráfico, que tome porque siempre tuve el interés por diseñar, aunque copiaba regularmente lo que más me gustaba, copiaba y distorsionaba hasta que parecía mío.

Siento que hasta el día de hoy sigo usando ese método, de la misma forma, como me cautivaba en secreto el diseño de la ropa, me cautivaba el estudio de la lengua y la escritura, claro, siempre copiando, tal vez ese haya el sido el motivo por el cual deje de hacer ambas cosas, simplemente no sentía que fuera su tiempo.

A los 17

Cuando por fin aquellas añejas y fecundas ideas habían dado raíz en mi mente, fue cuando sin siquiera desearlo —o quizá sí— volví a diseñar. La verdad es que había hablado con alguien sobre aquellos días, donde lo único que hacía en mi tiempo libre (todo el día) era diseñar, dibujar, e imaginar imágenes llenas de símbolos e ideas que me gustaran y que representaran lo que yo era. Con esa edad, inicié algo… METEORA, con algunos amigos. Tontos y sin saber qué hacer, tomamos las decisiones más absurdas y desinteresadas sobre el futuro de un proyecto que a los ojos de otros parecía prometedor, al final solo era yo diseñando, visualizando y trayendo al mundo real lo que más deseaba.

Al inicio, de verdad, al inicio de Meteora, fue hacer ropa para mí. Con el tiempo, aquellas prendas serían tan buenas que las personas me preguntaban dónde las había comprado. Una idea muy infantil y de verdad poco indiferente. No es que no quisiera hacer dinero, sino que la ropa siempre la vi vistiéndola yo, y haciendo lo que a mí me gustaría usar, antes que mutilar mi estilo por encajar en lo a que la gente le podría llegar a gustar.

Es en estos días

Cuando en mi mente y en mi vida ocurren dos sucesos que cambiaron mi pensamiento y mi forma de relacionarme conmigo y con los demás: probar por primera vez LSD y dejar la escuela. Es en estos días de “libertad mental” donde dio rienda suelta a mi imaginación y creatividad. Dibujé tanto y tantos días que llene cajas con dibujos y diseños, desgraciadamente —y de verdad con poco interés en ser desgraciado— no utilicé nada de ese material que creé en aquellos días, quizá porque sentía que no representaba lo que yo estaba buscando, lo que yo de verdad anhelaba, es difícil para mí tener en cuenta estas cosas a la hora de abordar con indiferencia mi trabajo.

Yo digo que para mí es lo más importante, y así como así, puedo destruirlo con la mayor facilidad y sin vacilación. Fue en estos días fecundos donde configuré mi cerebro para las necesidades de mi realidad, me comprometí en cuerpo y alma a crear algo que no fuera solo la suma de sus partes.

El consumo de LSD había disparado una rutina de creación y de deseo que a día de hoy no está satisfecho, fue cuando dibujé por 1 año todos los días, encerrado en mi cuarto, ya tenía un drop afuera y estaba trabajando en el segundo, a decir verdad, mi mente no encajaba con lo que mi realidad reflejaba ante mis ojos, eran días difíciles y abrumadores, no me sentía en mi cuerpo.

Cuando por fin pude asimilar lo que me sucedía

Las cosas habían cambiado rápidamente, no sólo el divorcio de mis padres, si no también mis adicciones habían crecido, lentamente estaba dejando lo único que me hacía sentir vivo, pareciera como si la gente apareciera en tu vida en el momento justo.

Conocí, amistades y hubo cosas nuevas en mi vida, aunque, en el fondo, muy en el fondo, las cosas siguieron iguales. Fue una época muy fecunda, para hacer archivo. Es triste cómo la mayoría de mis ideas, no pudieron realizarse, y no culpo a nadie, sólo a mí, es mi responsabilidad, más ya es pasado.

Gracias a la experiencia acumulada, pude generar ideas que me sirvieron no sólo de archivo, si no como base a mi estilo de diseño, que es enteramente autodidacta (no lo digo con orgullo de verdad, deseo con el alma mejorar y seguir avanzando) y todo lo que he aprendido, no es más que el resultado de fallar 100 veces, también aprendí valiosas lecciones de la mano de personas que me amaron y yo las amé.

Había terminado el año 2023 y yo me encontraba en una crisis creativa

Más parecía que en mi vida siempre hubo un balance. No puede caerse un vaso sin antes haberse llenado la jarra entera. Mi mente por un lado se fundía con bellas y nuevas ideas sobre el futuro del arte y el diseño, sobre el corazón del hombre y su naturaleza en el mundo, esas ideas, esos pensamientos de amor que salían del alma de un hombre que también había llorado y temido por el mañana. Eran días en los que sólo me engañé; me engañé en pensar que serían días diferentes a los acostumbrados, no podía salir de mis zonas de confort y mi trabajo era estéril y sin frutos. Las personas a mi alrededor abusaron tanto de mi compasión que empecé a tener asco por mí. A mitad de año, como suele producirse en la vida de cada hombre —al menos en la mía— las cosas cambiaron, nuevas oportunidades se habían presentado y yo estaba listo para dar lo mejor de mí, y de mi experiencia acumulada en 2 años de bagaje intelectual. No estoy seguro si lo hice.

Había diseñado Dream2Plug, un evento único en su clase, que me abrió puertas, que siento que yo mismo cerré. No me malentiendan, lo hice por una buena razón. Terminaba marzo, y con ello Dream2Plug y todo lo que había traído. Empezaba abril y con ello una idea aún más ambiciosa, lo era, era ambiciosa, y las cosas sucedieron como sucedieron porque tal vez Dios quiere aún prepararme para entender algo más grande. Sucedía SOUTHSIDE, un evento que pretendía hegemonizar una cultura visual y artística única en Villahermosa, Tabasco. Como dije antes, “pretendía” porque no fue más que pretensión y desilusión. Me echo la culpa por permitir que algo tan bueno cayera en manos de personas desinteresadas. No en el buen sentido, si no ajenos a los ideales de la juventud y la innovación, cambiaron tanto lo que en principio era algo innovador y único en su especie, para transformarlo en un producto “mutilado, aceptable y vendible”. Ya es historia.

Fue en estos días, cuando, mi mente me bombardeó, con mis propias contradicciones

Pareciera, que lo que estaba buscando, estaba ya lejos de mí, decidí, romper relación con personas que se hacían llamar mis amigos y me alejé de aquellos que habían mutilado, lo que era algo increíble a los ojos de los hombres. Hablé con la verdad y me convertí en lo que soy ahora, y aún será largo el camino. Pareciera que mientras yo en mi cuarto naturalmente y de forma espontánea, creaba diseños originales y siempre prioricé el ser fiel a lo que represento, que aparentar que mi vida es especial y que tengo algo que los demás no, pareciera que mientras yo planificaba algo que no sólo no está en este mundo, las personas de afuera de mi corazón y habla de todo el mundo, (basta con mirar TikTok o Instagram Reels por media hora) copiaban y usurparon las ideas de aquellos que siendo fieles a sí mismos cambiaron el mundo, hablo de Virgil Abloh y su “revolución creativa” pareciera que paralelamente yo estaba ahí, siendo parte de esa revolución, sin que nadie lo supiera.

Hay algo que odio: “la marca de ropa”. Estoy harto de ver a personas, dedicando tanto tiempo a algo que solo hacen con el afán de hacer dinero o llamar la atención de forma artificial. Pareciese que sólo quieren ser igual al resto, fundirse con las ideas de otros, para que los otros, aquellas ovejas que consumen lo que un pastor, original y bien fundamentado, sin pretensiones de estilo, crea y muestra al mundo. Parecen moscas, atraídas por una luz que no pueden poseer, y es esta mi opinión del mercado de “la marca de ropa”. Un mundo del que fui parte sin que siquiera se me prestara la más mínima atención. Yo no soy nadie para atribuirse algo que ya existía, pinta a que el legado de Virgil, fue prostituido por hombres que creían que podían hacer lo mismo, tristemente cayendo en la pretensión y la vulgaridad.

El lienzo y quien mira el lienzo

siempre he pensado que mis prendas son lienzos, donde me expreso, donde me cautiva más el mensaje que, quien pueda recibirlo, es tal vez el motivo por el cual, aun sigo siendo un “under”. Aceptar quién eres es el primer paso para cambiar. Yo no me siento mal, estoy donde debo estar haciendo lo que mejor sé hacer, y mi mensaje, aunque privado de su libertad, encontrara la primavera de su nacimiento, donde será uno con la luz del sol y el cielo sobre nosotros, y mi pensamiento, no está en la redes sociales, en la pretensión de la creación de contenido, está en el cine, en la pintura, en la literatura, en la moda, en la belleza y el esplendor de la raza HUMANA.

Crítica y desilusión en la creación de contenido HiperConsumista

Tengo muy en mi mente cuando pierdo una hora, viendo reels, de productos genéricos y marcas emergentes: Todos carecen de originalidad, de estilo, de mensaje, siquiera de buena ropa. Yo creo entender por qué los mejores diseñadores se encuentran en Europa y realmente muy pocos en Norteamérica, porque el consumo y la hiperdiversificación y accesibilidad a las herramientas de diseño han plantado la idea en la cabeza de todo joven emergente que puede “de verdad hacerlo con lo poco que sabe”. Eso pensaba yo, la diferencia es que yo no pretendía decir que era la mejor marca, o que yo soy el mejor, si no, hacerlo, y eso hice. Aunque desgraciadamente el lugar en el que nací no me haya bendecido con la herramienta del hipercapitalismo, gracias al señor.

Es común ver, por doquier, proyectos de moda apenas diseñados con el talón de un bebé, proponiendo el nombre de “ marca de ropa”. Lo serán para quien lo hace, porque he de distinguir que un hombre habla mal de cualquier cosa, menos de él mismo (y me contradigo, siento que no, porque yo no estoy cerca de pisar el apelativo de “marca de ropa”). De verdad, admiro y felicito a quienes tienen estilo, aunque les falte visión; a quienes tiene visión aunque les falte estilo; admiro a quien no se deja seducir por el pecado del arte, el no ser original y dejarse mover por lo que está “de moda”. Simplemente, aborrezco a quienes, en su afán de llamar la atención, en su afán de llenarse riqueza momentánea y fácil, caen ante la mayor de las pretensiones, usar sus palabras para calificar algo que carece enteramente de su calificación inicial.

El futuro de mi obra aún no la conozco, sólo estoy seguro de terminar una meta que empecé cuando termine mi relación colaborativa con URBANICA. Dejé las fiestas, el alcohol, los excesos, para dedicarme en cuerpo y alma en terminar esta etapa de mi vida; para poder, con alegría, empezar una nueva. Una era y etapa llena de conocimiento, donde mi ignorancia podría debilitarse y mi excelencia y perfección podrán encontrar su camino en mi expresión artística.

Quiero cambiar las cosas. Quiero ser parte de algo que involucra a tantas almas humanas unidas por una sola idea y tantas a la vez, ser partícipe de algo que nos devuelva la independencia de pensamiento, que nos libere de las cadenas, ociosas, de este siglo, que nos muestre el camino hacia un México vacío de ignorancia. Un México que no esté dividido, que se una a un solo corazón y muchos a la vez, estoy decidido a continuar con mi camino, sea cual sea ese camino, a tomarlo con alegría y sabiduría.

Abrir el paso a las nuevas generaciones, para que ellos también anhelen la libertad, el conocimiento y aborrezcan la ignorancia, mas no a los ignorantes, que detesten y reprendan la esclavitud, mas no a los esclavizados, porque este es el poder del hombre despierto, que ve todo con ojos críticos y con un alma sin fondo para esconder dentro de sí, las profundidades del océano, y la infinitud del universo.

1 comentario en “Moscas: Diseño, ropa e hiperconsumismo”

  1. Interesante saber que hay gente diseñando ropa y que además escribe muy bien. en lo personal, y admito mi ignorancia al decirlo, lo atractivo de una prenda, además de los trazos y el aspecto visual, me llama más por su practicidad; es decir, que nos ayude con este jodido calor. Siempre he dicho que de vivir en la CDMX con gusto vestiría de traje y corbata, pero residir en un eatdo con temperaturas de 40 ° C y hasta más, no ayuda mucho con los tipos de ropa que podemos usar, en especial las telas, además como que las mujeres saben más del tema y los hombres aprendemos de ellas ciertas cosas. necesitamos diseñadores que además de que sea artistas del diseño también elijan telas amigables con las llamas del infierno en el que vivimos y que además nos hagan ver bien. disfruté el texto, felicidades.

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